Desde hace muchos años Barcelona tiene un transporte público con autobuses, trenes, metro y tranvía que sirven de manera tan eficaz como muchas grandes ciudades tienen o desearían tener. Incluso a la vista poco entrenada pareciera que no hay mucho por donde mejorar más allá de implementar más infraestructura o mayor sofisticación a la existente (que implica mayor complejidad). No obstante desde hace varios años ha venido desarrollando un proyecto de reformulación de las rutas de autobuses que permitan que este medio sea aun más competitivo a partir de la aplicación de los más recientes conocimientos en teoría de la movilidad. Lo que se han inventado es una configuración de rutas rectas, que se cruzan ellas, con paradas más espaciadas pero dispuestas estratégicamente para facilitar trasbordos entre buses y con otros modos.
Muchos intereses han influido en la demora de su implantación pero ya hay evidencia de que este sistema puede transportar los mismos pasajeros más frecuentemente y más rápido, con menos autobuses que antes, sin afectar la capacidad viaría (a diferencia de sus antecesores BRT* troncales) y con inversión mínima. De ser un éxito todo apunta a que terminará siendo el modelo que marque el futuro del transporte público en superficie y hasta influya sobre la reconcepción de los ferrocarriles urbanos. En el siguiente post profundizaré las claves conceptuales que hacen de este un proyecto ejemplar.
*Sistema de transporte público masivo y rápido con autobuses, por sus siglas en inglés Bus Rapid Transit. Por ejemplo, Transmilenio.
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Enlace a: La Red Ortogonal de Barcelona
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