Existe en la sociedad un criterio impuesto y extendido por los "buenos vecinos" de que las grandes infraestructuras son sinónimo, y por ende causa, de desarrollo de un país o ciudad. Así cualquier entidad politizada y demagógica atribuye a la construcción de cualquiera de ellas beneficios sociales "mágicos" y solo comprueban que se puedan pagar (y hasta eso queda en duda). Luego de un periodo de bonanza europeísta y populismo, países como España viven las consecuencias de dichas miopías. Las infraestructuras sí son sinónimo de desarrollo si este se define y se mide en términos económicos; pero son un indicador porque son proporcionales a un desarrollo paralelo, por no decir previo, que permite sostener la marcha de los proyectos y éstas a su vez realimentan al sistema en su beneficio. Tu ciudad construirá porque crece pero no necesariamente crecerá porque construya.
Pongo solo un caso de dichas pifias, el aeropuerto de Ciudad Real, 1100 millones de euros de inversión para lograr una capacidad de 2 millones de pasajeros al año.
La realidad de las cifras post-proyecto son solo cien mil pasajeros en 3 años, el cierre de la última aerolínea comercial en 2011, un aeropuerto subvencionado en un 68% por el estado y una inversión que equivaldría a los salarios de un año de la población de Ciudad Real. ¿Dejaría un pueblo de comer durante un año para que su ciudad tenga un aeropuerto donde no vayan aviones?
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